Estamos al inicio en el uso de una nueva clase de telescopio, el telescopio espacial de interferometría,
que utiliza la interferencia de los rayos de luz para amplificar el
poder de resolución del telescopio.
Por ejemplo, la Misión de
Interferometría Espacial (Space Interferometry Mission o SIM) consta de
varios telescopios situados a lo largo de una estructura de 10 metros.
Con una resolución sin precedentes acercándose a los límites físicos de
la óptica.
El SIM es tan sensible que casi desafía la imaginación. Orbitando la Tierra es capaz de detectar el movimiento de una linterna
agitada por un astronauta en Marte.
La SIM, además, allanará el camino
para el Buscador de Planetas Terrestres (Terrestrial Planet Finder), que
deben identificar otros planetas similares a la Tierra. Este podrá
analizar las 1.000 estrellas más brillantes en un radio de 50 años luz
desde la Tierra y se centrará en los 50 a 100 sistemas planetarios más
brillantes. Todo esto estimulará un esfuerzo activo para determinar si
alguno de ellos podría albergar vida, tal vez alguna con civilizaciones
más avanzadas que la nuestra. Aunque es imposible predecir las
características exactas de tales civilizaciones avanzadas, podemos
analizar sus límites usando las leyes de la física. No importa cuántos
millones de años nos separan de ellas, también deben cumplir con las
leyes de “hierro” de la física, que ya están bastante avanzadas para
explicar mucho más, desde las partículas subatómicas a la enorme
estructura de la escala del Universo.
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